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sábado, 26 de mayo de 2012

El Consejo Asesino-CAPÍTULO 1 (PT3)


Me quede mirándola, más de un minuto, me quede a verla morir.  El sonido que causaron los policías recuperándose del golpe, me despertó de mi trance, y de inmediato me apuntaron con sus revolvers cargados. 
Ya no sabía que más hacer. Me quedé hipnotizado, y hasta hubiera jurado que esos diez segundos antes de que me dispararan se congelaron. De repente sentí la bala atravesando mi espinilla, sentí el hierro frío tocando mi blanca carne, y caí. Puedo recordar que me arrastré por el suelo, dejándolo manchado de sangre, tratando de escapar de la autoridad.
Pero mi mente se trasladó a lo que había vivido tan solo unos minutos antes, y me levanté. Empuñé mi cuchillo, los mire persiguiéndome y corrí hacia los ventanales de mi departamento. Era un edificio alto, de por lo menos 4 pisos, y yo vivía en el último.
El cristal se destrozó, y yo salí “volando” de aquel edificio. Me dejé caer, cerré mis ojos. Es la caída más lenta que jamás he vivido, pero también la más dolorosa. Caí extrañamente de espaldas, y me aturdí un momento. Escuchaba con perfección los latidos de mi corazón, mi vista se había distorsionado un poco, y mi espalda me empezó a arder.
Un grupo de gente me rodeó, y estaba atónita, pues era casi imposible que yo siguiera  vivo después de tan larga caída. Escuche dos tiros de pistola, y me levanté de inmediato. Con las pocas energías que me quedaban, corrí, y corrí, y recordé quienes eran los sujetos que me perseguían.
Y hemos llegado a la parte en donde comenzamos, ¿lo recuerdan?
Volteaba muy seguido, y no dejaba de ver a los policías. Mi espalda, mis brazos, y partes faciales mías estaban cortados por los vidrios de la ventana, mi pierna estaba herida y estaba muy dolido de la espalda, sin embargo, a pesar de todos mis dolores, no me pegó ningún tiro. Cual gacela en peligro, saltaba todos los obstáculos que estorbaran en mi escape. Cual felino en caza, corría lo más veloz que mis piernas permitiesen.
No encontraba sitio para ocultarme, así que debía de pensar otras alternativas. En mi condado, el turismo era una de las actividades que servían como enriquecedoras para el PIB.
Había una cascada, alta, hermosa, como salida de un cuento de hadas; de esas que parecían un puente dimensional; se llamaba la Estancada, pues llevaba muy poca agua, muchas rocas, y era la desembocadura de un río no muy grande.
La miré de reojo mientras saltaba un auto, escuche el ruido del agua caer, y de inmediato me dirigí hacia allá. Ya estaba muy cansado de haber corrido tanto en tan poco tiempo y herido de esa manera, así que decidí terminar de una vez por todas con la persecución, o con mi vida.  Alcancé a oír a uno de los oficiales “No saltará”. Me reí, volteé a verlos, les mostré mi dedo medio, y me clavé en la cascada de más de 20 metros de alto.  Sentí la brisa, y el aire en mi rostro.
Y me deje caer, en una cascada, una cascada que podría ser mi asesina o mi aliada.

OcJaimes










1 comentario:

  1. Espero les haya gustado el Capíulo 1, dejandolo en suspenso. Esperen pronto el capítulo 2. Quiero dejar en claro que esta es la primera parte del libro "El Consejo Asesino:Cuando la copa esta llena", esta pare se llama "El Agónico paso al mal de Thomas Waterhouse"

    OcJaimes

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